En la madrugada del 3 de Septiembre de 1976 el Padre Francisco Dolores párroco del poblado de Angra do Heroismo, ubicado en Terceira una de las islas Azores salió intrigado de su casa luego de escuchar un terrible estruendo, la noche era tormentosa por el paso de los huracanes Emmy y Frances, por lo que cualquier cosa podía pasar. Afuera, vientos de 120 kilómetros por hora golpeaban a las pequeñas casas del poblado y la visibilidad era prácticamente nula.
Después de haber recorrido algunos kilómetros en su Volkswagen se topó en medio de la oscuridad con una especie de bulto desdibujado por la lluvia, fue a inspeccionar y vio que se trataba de la cola de un avión, al mirar dentro descubrió espantado los cadáveres de un hombre y una mujer. Las manos del hombre sostenían un diapasón; continuó buscando y tropezó con unos papeles, al revisarlos noto que se trataba de una partitura titulada “Gloria al Bravo Pueblo”, más tarde sabría el padre Dolores que aquel hombre se llamaba Vinicio Adames y era el Director del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela.
El orfeón fundado en 1944 por el maestro Antonio Estévez recibió una invitación para presentarse en el Festival Internacional Canto Coral en Barcelona, España y luego de superar innumerables trabas logró que la Fuerza Aérea Venezolana lo apoyara con un avión Hércules para el viaje. Vinicio Adames que para el momento se encontraba de vacaciones en Miami viajó a caracas a reunirse con sus muchachos para acompañarlos a España.
Salieron de Maiquetía en un aparato que no llevaba ni siquiera asientos rumbo a Palo Negro en Maracay y de allí a Las Bermudas donde recargaron combustible, la idea era hacer otro toque técnico de reabastecimiento en las Islas Azores para poder llegar a Barcelona, pero el clima les jugo una mala pasada, pues al aproximarse a Texeira se toparon con el huracán Emmy y al intentar aterrizar el piloto descubrió con desconcierto que el encargado de la torre de control no estaba en su puesto, en la maniobra intentada por el comandante, la nave colisionó muriendo sus 68 ocupantes, se dice que la caja negra registró las voces del piloto, la de Vinicio Adames tratando de tranquilizar a los muchachos y las notas del Himno Nacional cantadas por el orfeón.
En 1996, veinte años después de la tragedia, el padre Francisco Dolores viajó a Caracas y en un emotivo acto entrego a Raúl Delgado Estévez, el nuevo director del orfeón, el diapasón encontrado en manos de Vinicio Adames.
A 42 año de su pase a la eternidad
Fuente: Crónicas del Tanato