En el 2009, Lynne y C. Victor Fung realizaron un estudio donde se documenta y evalúa el proceso llevado a cabo por 35 cantantes de un coro de USA, con edades comprendidas entre los 14 y 18 años, para aprender piezas corales chinas durante un periodo de cuatro meses. La metodología utilizada fue la observación, las entrevistas y la evaluación de la interpretación musical. Los resultados obtenidos se clasificaron en ocho temas principales, entre los que se encuentra: el disfrute de la estética, la comprensión de las letras, la prolongación de su contexto cultural y la facilitación de la cultura. Las conclusiones manifestaron que las estrategias utilizadas para el aprendizaje de dicho repertorio habían sido eficaces, las cuales repercutieron positivamente sobre cuatro áreas de los estudiantes: la musical, la pedagógica, la cultural y de actitud, y la personal.
Al analizar el método empleado por los profesores y estudiantes para el aprendizaje de las piezas de música coral china, se percibe el gran desarrollo que la educación musical ha sufrido en los últimos años. Por ello, independientemente del método utilizado es importante que el docente transforme el método en una metodología propia, innovadora y flexible.
Tal y como describen Gackle y Fung cuando se trata la adquisición de conocimientos musicales, a nadie extraña que al cantar en un coro estos aumenten. Ahora bien, al hacer referencia a la actitud, surge una pregunta: ¿Se puede modificar la conducta de una persona que canta en un coro? Naturalmente, la acción de hacer música posee un conocimiento, un valor intrínseco, que por consiguiente predispone a la persona en cuestión hacia una actitud determinada y como resultado final, esta desemboca en una actitud concreta. Son abundantes los trabajos pedagógicos que destacan la importancia de la transmisión de valores en la educación (Marín, 1976; Touriñán, 2007; Quilaqueo y Rapimán, 2006). Por ello, se han abordado numerosos estudios que demuestran que el hecho de cantar en un coro desarrolla el conocimiento musical, así como otra serie de capacidades que benefician en otros aspectos a las personas que lo cultivan. De acuerdo con Touriñán y Longueira (2010: 176): "La formación integral que debe facilitar la educación general queda sesgada e incompleta si descuida las posibilidades de la experiencia artístico-musical como ámbito general de la educación". Así mismo, Ferrer (2009) evidencia dicha afirmación desde la educación en valores que conlleva el canto coral, en una experiencia en L'Escola de Música de Palafrugell.
Desde el ámbito universitario coral, el trabajo de Sichivitsa (2003) realiza una evaluación sobre la influencia de los padres y el soporte que estos ofrecen a sus hijos. Se trata aspectos del autoconcepto en las habilidades musicales, el valor de la música y la integración académica de los estudiantes en el coro universitario fuera y dentro de la Universidad. En la encuesta participaron 154 estudiantes del coro de una Universidad Pública del sur de EEUU. La investigación se enmarca en un estudio cuasi-experimental donde el 50% de los participantes tenían como intención la integración social en el coro. Dicho estudio evidencia uno de los valores fundamentales que posee el canto coral: su capacidad inclusiva. Así mismo, la educación inclusiva ha sido ampliamente contextualizada desde los años noventa en la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos celebrada en Tailandia. Pero en una formación coral, las personas que la integran deben aprender a escuchar a sus compañeros, aprender a esperar, comenzar en el momento oportuno, con una dinámica, una frecuencia (tono), etc. El hecho de cantar en una agrupación coral desarrolla un modelo educativo inclusivo de forma inherente, como afirma el maestro Abreu (Premio Príncipe de Asturias de las Artes, 2008): "la música es un instrumento irremplazable para unir a las personas".
El canto coral no sólo ha servido como medio para desarrollar o mejorar aspectos de la educación, la medicina o la psicología, sino que también se ha utilizado como herramienta de expresión política (Deniz Silva, 2001). De hecho, pueden encontrarse titulares de periódicos que ratifican esta afirmación, como por ejemplo: "Urkullu apuesta por convocar a la sociedad vasca para hacer un canto coral" (Noticia del 24/10/2011 en el Periódico digital La Vanguardia, consultado en http://goo.gl/KAjfS el 22/12/2011). Mediante la expresión "un canto coral", el presidente del Partido Nacional Vasco se refiere a la expresión de manera conjunta. En este mismo sentido, y desde la psicología, Hurtado Llopis (2011; 2006) presenta diferentes trabajos de reflexión sobre el desarrollo personal y social que el acto de cantar en coro produce para la educación. El autor aborda ampliamente el desarrollo de la asertividad en la Coral Allegro ONCE de Valencia (España), la cual dirige desde su creación en 1982. Fundada desde un colegio de educación especial, se trata de un perfecto ejemplo de la capacidad inclusiva y de los beneficios que esta revoca de forma directa en la educación.
Referencia
PEREZ-ALDEGUER, Santiago. El canto coral: una mirada interdisciplinar desde la educación musical. Estud. pedagóg. [online]. 2014, vol.40, no.1 [citado 03 Septiembre 2017], p.389-404. Disponible en <https://goo.gl/mojfGF>. ISSN 0718-0705.