Cantar en un coro hace al corazón más saludable

Cantar hace bien al corazón, pero no solo de forma metafórica sino literal. Expertos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, probaron que el canto en grupo beneficia directamente al corazón y al cuerpo. Cuando las personas cantan de forma simultánea, sus corazones laten en sincronía, y el pulso de los miembros tiende a aumentar su ritmo o enlentecerlo al unísono.

Los especialistas evaluaron los efectos de la música en el funcionamiento del cuerpo, en especial cuando varias personas interpretan una melodía al mismo tiempo.Como parte de su trabajo, publicado en la revista Frontiers in Neuroscience , los científicos reunieron a 15 músicos y les pidieron que realizaran ejercicios de tipo coral.

Los participantes hicieron tres ejercicios distintos: un zumbido al exhalar el aire, cantar un himno tradicional de su región y entonar un mantra, melodía que se canta o escucha para generar un entorno de serenidad y calma mental. Mientras interpretaban cada ejercicio, el ritmo cardiaco de los voluntarios era registrado. Se demostró que la estructura de los temas y su melodía tenían vínculo directo con la actividad cardiaca de los miembros del grupo.

“Cantar regula la actividad en el nervio vago, que está muy vinculado con la vida emocional y la comunicación con las otras personas”, explicó Björn Vickhoff, uno de los investigadores.

El también añadió que las canciones con frases largas llegaban a tener el mismo efecto que logra el yoga en la respiración.

“Comprobamos que por medio de una canción se ejerce un control determinado sobre el estado de la mente”, agregó Vickhoff.

Los beneficios de cantar en grupo sobre la salud han sido experimentados por muchas personas, pero pocos estudios los han demostrado científicamente, apuntaron los especialistas. Del análisis se desprende que el efecto positivo aparece porque el canto “impone” un patrón calmo y regular sobre la respiración, el cual tiene un efecto dramático sobre la variación del ritmo cardíaco y, al mismo tiempo, genera un impacto favorable sobre la salud general”.

Cuando la respiración es controlada, el pulso desciende su ritmo a medida que el aire es expulsado y luego aumenta cuando ingresa.

“Eso es porque la exhalación activa el nervio vago, que enlentece el ritmo cardíaco, lo cual calma al corazón”, explicó Vickhoff.

Esa fluctuación se conoce como RSA y es más pronunciada entre las personas jóvenes, con buen estado de salud y menos estresadas.

En los últimos meses los científicos han estado analizando si esa sintonía entre las personas que interpretan una melodía genera una perspectiva mental común que pueda ser empleada para reforzar las habilidades de colaboración entre pares. Una de las aplicaciones del trabajo podría ser utilizar la música para controlar la ansiedad de los pacientes o ayudarlos a sobrellevar dificultades.

Fuente: Diario El País. Uruguay