El canto coral en la tercera edad

Está comprobado científicamente que la utilización de la música en la mayoría de terapias relacionadas con la salud ayuda a reducir el dolor porque consigue que el cuerpo produzca una mayor cantidad de endorfinas, destacados neurotransmisores que aportan una gran sensación de bienestar. Una melodía es capaz de despertar una gran cantidad de recuerdos y emociones de todo tipo ya que consigue que las personas usen gran parte de la capacidad del cerebro y no solo una parte de él.

Estudios llevados a cabo en un coro de la Levine School of Music en Washington D.C. demostraron que los participantes, todos mayores de 55 años, notaron beneficios como menos visitas al médico, menos problemas de la vista, un índice menor de depresión y menos necesidad de medicación. En cuanto al canto, sobre todo si se hace en un coro, resulta especialmente beneficioso para los mayores.

Para empezar, es una manera distinta de compartir. A medida que pasan los años, las estructuras familiares suelen replantearse, y el coro es un modo ideal de establecer nuevos contactos y reunirse con regularidad con otras personas para hacer una actividad en común. Además, en el grupo todos aprenden de los demás.

Cantar puede ser un esfuerzo, pero en un sentido positivo, porque lleva a entrenar la respiración. Parece algo muy simple, pero lo cierto es que si uno le exige ciertos ejercicios a los pulmones en una práctica semanal, irá adquiriendo mayores capacidades y no se quedará sin aire en otros momentos de la vida cotidiana. También es un hobby ideal para mantener el timbre de la voz a medida que avanzan los años.

El efecto que tiene el canto en la gente de la tercera edad es especial, porque antes cantar formaba parte de la vida de todos los días. Las generaciones pasadas cantaban en la escuela y en el tiempo libre, y eso hace que, para la gente mayor, recuperar las canciones que solía cantar de joven traiga muchos recuerdos. Hay especialistas que aseguran que hasta las personas que sufren demencia pueden recordar cosas a través de las canciones que aprendieron en sus años de juventud.

Además, es útil a nivel cognitivo, porque exige que uno se concentre en su voz, en el ritmo y que se adapte a las voces de los demás, lo que fomenta que las personas mayores no pierdan esa agilidad tan particular, sobre todo cuando viven solas.

Otro punto positivo del coro es el reconocimiento. Presentar algo que uno trabajó en grupo ante un público que se sienta a escuchar puede ser una gran satisfacción, y eso, a su vez, apuntala la autoestima. Refuerza la sensación de lo que uno puede hacer.

La clave es buscar las oportunidades. Si uno tiene un amigo que canta en algún coro, puede darse una vuelta y ver si puede integrarse en ese grupo. También hay coros en las iglesias que siempre buscan apoyo. Otra alternativa es buscar en Internet, con la ayuda quizás de los hijos o de los nietos.

No hay que dejarse estar. Si le da curiosidad, ¡atrévase! Cantar hace bien a cualquier edad.