La profesora Ana Val Claraco especialista en música y directora de coros en Zaragosa-España, aborda en una investigación publicada en la Revista Electrónica "LEEME" (Lista Electrónica Europea de Música en la Educación) aborda el proceso de comunicación no verbal entre el coro y el director donde se realizó un experimento con un coro no profesional en el cual era interpretada una misma obra de dos maneras distintas, una expresiva y otra sin expresividad, se utilizaron equipos de grabación para su respectivo análisis y la aplicación de encuestas a sus integrantes de manera anónima referidas a la experiencia con cada interpretación llegando a conclusiones interesantes. En resumen los gestos, la expresión facial y el lenguaje corporal del director son importantes porque afectan al sonido y a la respuesta del coro antes y durante de la interpretación.
Hay tres elementos a tomar en cuenta:
Gesto: Hablamos de gesto cuando nos referimos al movimiento de codos, brazos y manos como una unidad y con coordinación. Una buena colocación de estos elementos no solo ayudan a una mejor técnica de dirección, sino que además transmite en mayor medida.
Expresión facial: La expresión facial es complementaria al gesto y un factor muy importante en la expresividad del director. La expresión facial promueve la comunicación expresiva con el coro. Cuando hablamos de comunicación no me refiero sólo a comunicación visual, sino a comunicación en general. Los elementos que participan en este proceso son ojos, cejas y boca, aunque también intervienen los músculos faciales en general. Una correcta expresión facial, revaloriza el gesto y contribuye a que el coro se sienta más apoyado por el director. Esto revertirá en una mayor colaboración del coro para una mejor interpretación de la obra (el diálogo al que hacíamos alusión anteriormente).
Lenguaje corporal: También es complementario al gesto. El lenguaje corporal es muy importante en la comunicación no verbal junto con la expresión facial. A través de nuestro lenguaje corporal, expresamos muchas cosas. Para el coro siempre les va a ayudar más a la hora de cantar. La respiración por tanto es muy importante en el lenguaje corporal que mostramos. Que el director respire junto con el coro es también un medio de comunicación, transmitiendo relajación o tensión según el carácter de la obra en ese momento. Cuando el coro perciba estos signos y actitudes en el director, colaborará positivamente.
Una buena expresividad, un gesto claro que ayude a cantar, siempre será mejor acogido por los cantores que un gesto impreciso o que no corresponda con el carácter de la pieza musical. Por eso es importante que previamente se cree una atmósfera para imbuirnos posteriormente en una mejor interpretación y de este modo, la conexión entre director y coro será más fluida y más dialogante. Durante el proceso de dirección de una pieza musical se crea una suerte de diálogo donde por un lado el director demanda determinados aspectos y el coro responde, y por otro el coro le “pide” al director que les muestre la manera en que quiere interpretar la obra.
De esta manera la obra musical transmitirá y llegará a quienes desde fuera estén escuchando. Vamos a poner un ejemplo muy común. Algunas veces cuando escuchamos a un coro en un concierto, hay obras que al escucharlas nos emocionan (nos “llegan”) aunque el coro no sea el mejor coro del mundo. Otras veces escuchamos coros que técnicamente son muy buenos, pero nos dejan “fríos” porque no transmiten lo suficiente. ¿Por qué sucede esto? Probablemente porque estos elementos de los que estamos hablando están presentes en mayor o menor medida.
Ya no se trata sólo de una cuestión de calidad del coro, que por supuesto tiene que cumplir los requisitos que todos conocemos (afinación, etc), sino que se trata de dar un paso más que empieza por la figura del director, el cual debería tener en cuenta además del aspecto técnico, estas cuestiones más psicológicas y emocionales.
Fuentes: Coralea.com / Revisa Electrónica LEEME